Desde este rincón pretendo adentrarme un poco más en el muchas veces desconocido mundo de las personas que sufren un trastorno con déficit de atención,bien sean niños o adultos que en muchas ocasiones se sienten frustrados o incomprendidos debido a un mal diagnóstico o a una ausencia total de mismo. Por este motivo comenzaré haciendo una descripción del trastorno:
Los trastornos por déficit de atención tienen en común las dificultades para enfocar, mantener y organizar la atención en el tratamiento de las tareas cotidianas. Esta incapacidad se manifiesta por una falta de persistencia en las tareas, que impide su terminación; por una desorganización y desestructuración en la forma de realizarlas; por los cambios frecuentes de una actividad no acaba otra; dificultad para realizarlas siguiendo determinadas instrucciones y, en la relación con los iguales, por la dificultad para seguir las reglas de un juego estructurado o de escuchar a los demás.
Esta incapacidad atencional suele ir o no acompañada de impulsividad e hiperactividad. El trastorno por déficit de atención con hiperactividad añade a las dificultades atencionales, por tanto, la impulsividad y la hiperactividad. La impulsividad se pone de manifiesto por la emisión de respuestas precipitadas antes de que acaben de formularse las preguntas; por comentarios fuera de lugar; por no esperar el turno en las tareas de grupo; no acabar de escuchar las directrices de una tarea antes de iniciarla; provocar interrupciones; ser poco cuidadoso al coger los objetos, y por la exhibición de comportamientos temerarios. La hiperactividad, fundamentalmente, por la incapacidad para regular la actividad motora y adecuarla a las necesidades que exige cada momento y situación; incapacidad para realizar las cosas con tranquilidad y por una actividad verbal excesiva.
En uno y en otro caso, las dificultades atencionales interfieren la realización de otros procesos cognitivos, de modo que queda mermado considerablemente el nivel de ejecución del sujeto en tareas, sobretodo, que exigen concentración y atención sostenida. En términos generales, estos individuos suelen presentar problemas de aprendizaje y bajo rendimiento escolar.
En el inicio indicaba que pretendía adentrarme en el desconocido mundo de las personas con "tda" debido a que a pesar de que:
1. Se estima que esta patología afecta aproximadamente al 5% de los niños en edad escolar.
2. El TDA, al constituir un trastorno crónico, persiste en la edad adulta hasta en el 30% de quienes lo han padecido en la infancia y adolescencia.
3. Aunque los primeros síntomas se pueden manifestar en niños de 4 o 5 años, e incluso antes, no es hasta alrededor de los siete cuando los padres suelen consultar al médico.
4. Este trastorno puede tener importantes consecuencias que van desde el fracaso escolar en la infancia, hasta dificultades laborales en la edad adulta, pasando por el desarrollo de conductas antisociales.
5. Esta patología puede tener importantes consecuencias que van desde el fracaso escolar en la infancia, dificultades laborales en la edad adulta, hasta poder constituirse en el origen de dificultades sociales (más posibilidad de consumir drogas o sufrir accidentes de tráfico, por ejemplo).
Sin embargo, a pesar de tratarse de una patología con elevada prevalencia en la población infantil, “está marcada por un gran estigma social, determinado por el desconocimiento de la población, la falta de profesionales especializados, la demora y los errores en el diagnóstico y la ausencia de programas de prevención”, señala el Dr. Arango.
Desde aquí todo el apoyo a las personas que sufren el trastorno de déficit de atención y un millón de aplausos para todos aquellos que ponen todo su empeño en mejorar la vida de las personas que lo padecen.
Fuentes: "Diagnóstico en educación" - Noticias Medicas
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